Dal Prólogo di Rafael Oscar Ielpi
Toda selección es, inevitablemente, arbitraria, aun cuando, como en este caso, sea la propia escritora quien haya tomado a su cargo la elección de los relatos que integran el presente libro. Que es por otra parte no sólo una subjetiva antología sino, sobre todo, la confirmación de una de las escrituras más personales, sensibles y consecuentes de la literatura argentina contemporánea.
De su inicial aunque fugaz relación con la poesía Noemí Ulla conservó siempre la capacidad de reflejar con inusual sensibilidad las instancias más fugaces, los encuentros más furtivos, los secretos caminos por los que transitan las relaciones humanas, el amor, los desencuentros. En realidad, desde sus primeros relatos, su narrativa no ha sido otra cosa que un formidable aunque silencioso trabajo con el lenguaje en búsqueda, más que del desarrollo de puntuales historias de gente común, del tono, las sensaciones, los climas de cada uno de ellos.
Todos los cuentos están integrados en una urdimbre que los vincula y que los integra a un particular modo de percepción de la realidad y de los sentimientos: el que se aforma en la certeza y la convicción de que es posible rastrear en toda anécdota, en toda historia por vulgar que ella sea, en toda escenografía urbana o pueblerina, ocultos meandros, escondidas resonancias, destellos de irracionalidad o de abyección que no todos perciben.
Por eso todos y cada uno de estos relatos tienen, agazapada detrás en muchos casos de una escritura coloquial que aparece como inocente, la posibilidad de avizorar, de espiar a través de los intersticios de la urdimbre, otras historias, otras resonancias distintas, nacidas de la fluidez de una imaginación incansable que logra que la escritura, siempre precisa pero no por ello menos libre, siga avanzando en procura de nuevos ahondamientos. (...)
|
